lunes, 11 de junio de 2018

The Dutch Agriculture Model, Model for Navarra in Spain


Published  in Diario de Navarra


El modelo holandés,
un modelo para Navarra

El autor señala que el potente sector agroalimentario navarro podría conseguir
con el modelo holandés el doble de alimentos con la mitad de recursos
Mahmoud M. Rabbani
E L sector agroalimentario
en Navarra
representa un
porcentaje significativo
del producto
interior bruto. Ha
sido desde siempre un pilar fundamental
de la economía y fuente
de creación de puestos de trabajo
y riqueza, promoviendo otros
subsectores productivos. Este
sector se enfrenta al reto de la innovación
con el objetivo de aumentar
su peso económico y contribución
positiva en la lucha contra
el cambio climático. Una
innovación que cubra muchos
ámbitos con el fin de aumentar de
forma sostenible el rendimiento,
el volumen y la calidad en una producción
agroalimentaria competitiva.
El panorama socioeconómico
exige dar un nuevo impulso innovador
en la promoción de este sector
fundamental y básico de la economía
navarra. Muchas veces no
es necesario para ello inventar de
nuevo la rueda para hacer marchar
a mayor velocidad y mejor
rendimiento, sino de adoptar estrategias
y métodos de trabajo
que han dado resultados positivos
sorprendentes en otros lugares
de nuestro mundo globalizado.
Adaptándolas a nuestras particularidades
para que sean efectivas
en su aplicación.
Hablemos de la vía holandesa
como referencia para este
pretendido avance en este
sector donde la innovación
y la investigación
con miras locales y globales
forman el secreto
de su gran éxito.
Holanda, este pequeño
país de 41.543 km2,
parecida a la superficie
de Extremadura, una población
de 17 millones y
una densidad de 411 personas
por km2, se ha convertido en
una gran potencia agrícola. Por
muy extraño que parezca es el
primer exportador mundial de tomates,
de cebollas, de patatas y el
segundo después de Estados Unidos
de productos vegetales en términos
de valor, a pesar de tener
270 veces la superficie de Holanda.
Líderes en la mejora molecular
de cultivos, sin la modificación genética
de organismos vegetales, y
también en la exportación de semillas
a nivel mundial.
Holanda ha puesto los medios,
desde hace dos décadas, al servicio
de una transición hacia una
agricultura sostenible bajo el lema:
“el doble de alimentos con la
mitad de recursos”. Muchos agricultores
holandeses han reducido
desde 2000 su dependencia sobre
el agua en 90%; han eliminado casi
al completo el uso de pesticidas
químicos en plantas en sus invernaderos;
el 30% ha disminuido el
uso global de fertilizantes; y desde
2009 los granjeros holandeses
han cortado el uso de antibióticos
en 60%. Además del reciclaje de los
deshechos de este sector y el uso
de fuentes propios asequibles de
energía para su autoabastecimiento
y aumento en la producción.
El reto dice Ernst van den Ende,
director de Wageningen University
& Research- el punto nodal
del Food Valley, una agrupación
de iniciativas de tecnologías
agrícolas y fincas experimentales,
en una deliberada alusión al Silicon
Valley en California, igualando
el papel académico y espíritu
emprendedor de Stanford University
en el mismo- es que nuestro
planeta debe producir en las
próximas cuatro décadas más de
lo que han producido los agricultores
a lo largo de la historia en los
anteriores 8.000 años.
Esto es porque para 2050, la población
mundial de los 7,5 mil millones
actuales será de 10.000 millones.
Si no se consigue un aumento
notable en el rendimiento
agrícola, acompañado por grandes
descensos en el uso del agua y
los comestibles fósiles, mil millón
o más de personas se enfrentarían
probablemente a la hambruna. El
hambre podría ser el problema
más urgente del siglo 21. Los investigadores
visionarios del Food
Valley creen que han encontrado
soluciones innovadoras, trabajando
en proyectos en más de 140 países.
Una combinación académica
en ciencia vegetal con una comercial
en contratos de investigación
es el modo de trabajo de esta universidad,
para enfrentarse de una
manera económicamente viable a
los desafíos de contribuir en aumentar
la productividad agrícola
con menos recursos dentro de una
agricultura sostenible a nivel
mundial. 45% de sus alumnos graduados
vienen de más de cien países.
Una considerable parte de sus
actividades académicas y de investigación
están enfocados sobre
problemas que afectan a países
pobres, aumentados por las consecuencias
del cambio climático;
es una universidad para el mundo.
Así este pequeño país con la
investigación, innovación y
usando las tecnologías agrícolas
más eficientes en una agricultura
de precisión se ha convertido
en un modelo de referencia para
la agricultura sostenible de
alto rendimiento. Cuando
se trabaja con drones, tecnología
satelital y máquinas
con piloto automático
sorprende aún más. Más
de la mitad de la superficie
del país se utiliza para la
producción agrícola y hortícola,
donde los invernaderos
inteligentes- control
de temperatura, luz,
agua y nutrientes- forman
parte destacable del paisaje
de este pequeño país que como
dice el National Geographic
alimenta al mundo.
Mahmoud M. Rabbani es exprofesor
de la escuela de ingenieros agrónomos
de Villava y de la UPNA y director de
Sustainable development overseas progamme

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