miércoles, 26 de septiembre de 2012

Global urban land area would triple between 2010 and 2030: with direct impacts on biodiversity and carbon pool.


                                         Cairo

In 2011, the world's population was more than 7 billion. And half of these lived in  towns.  In 2030, according United Nations, we’ll be 5 billion urban (over 8.3 billion on earth). So nearly 1.5 billion of additional urban people will stay in towns within two decades.
Forecasts of a research published on September 18 in Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) of USA reveal that if current trends in population density continue and all areas with high probabilities of urban expansion, then by 2030, urban land cover will increase by 1.2 million km2, nearly tripling the global urban land area circa 2000. Half of this expansion will be in Asia, mainly in China and India. However, it is in Africa where the highest rates forecasted urban growth will take place with an increase of 590% between 2000 and 2030, mainly around the Nile River in Egypt, North of Nigeria, Guinea and North of Victoria Lake and too in Addis Ababa region, in Ethiopia.
That will have many environmental impacts: the deforestation decreasing the carbon pool with more CO2 emissions for land use change.   
Biodiversity will also be affected as magnifying cities nibble on the habitats of the animals. Geographic modelling published in the PNAS shows as well that urban territory gain by man will put at risk habitat of some two hundred species of amphibians, of mammals and birds already listed as endangered or endangered critic extinction
The authors point out that their study does not take into account what they call indirect urbanization, to say impact of settlements on their hinterlands: wood supply, agricultural raw materials, deduction in water, burying waste in rural areas, etc. Moreover, consumption of meat of urban population is  being greater than that of the rural; so one can expect an increased demand for meat products, with all that implies for feeding the animals, the production of methane by herds, the treatment of manure... Urbanization is therefore far from influence only on spaces where city takes up residence. Other studies should evaluate these cascading effects on a large scale.
In the meantime, the mass urbanisation phenomenon is in an acceleration phase. These are hundreds of billions of dollars that are invested every year in infrastructures, whether for buildings, pathways of communication, and networks of water, gas, power and telecommunications. And when the concrete is poured or the macadam spread, for a long time. To mitigate global impact of the billion and a half additional urban persons that will happen by the year 2030, the authors of the PNAS article suggests priority on the densification of cities rather than their spread. For them, the compact development, in addition to maximally preserve natural areas, presents benefits and reduce energy losses. But the responsible of arrangement of the territory of each region or each country must think quickly because, if they want to limit impact of cities on the environment, response time will be very short.  Although urbanization is often considered a local issue, the aggregate global impacts of projected urban expansion will require significant policy changes to affect future growth trajectories to minimize global biodiversity and vegetation carbon losses, according the authors.
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sábado, 22 de septiembre de 2012

To reduce the global warming

This opinion was published in the Spanish press.
Reducir el calentamiento global
Nuestra mayor preocupación sigue siendo el calentamiento global del planeta y el cambio climático que ya no está ligada a una previsión o predicción sino sobre algo que está sucediendo y hemos sufrido sus fenómenos expresadas en altas temperaturas, sequías e inundaciones en varios países. Las recientes olas de calor en Rusia y las de Europa de 2003 que acabaron con la vida de decenas de miles de personas; o las inundaciones que provocaron también decenas de miles de muertes y perjuicios económicos en China, Pakistán, India, Tailandia y países europeos no fueron consecuencia de fenómenos naturales sino causados por el cambio climático inducido por las actividades del hombre sobre el planeta. Hemos aprendido desde 1800s que el dióxido de carbono atrapa el calor en la atmósfera. La concentración del CO2 ha subido de 280 a 393 ppm durante los últimos 150 años haciendo subir la temperatura global del planeta. Hoy aprovecho esta ocasión para dar eco a un estudio internacional y multidisciplinar amplio publicado el 13 de enero de este año en la revista Science, cuya conclusión es que se pueden evitar millones de muertes prematuras anuales y ganar medio grado al calentamiento global para el horizonte clima 2050, así como mejorar la seguridad alimentaria mundial. Todo gracias a la aplicación de catorce medidas sencillas y técnicamente, como financieramente, asequibles. Esto no es ninguna magia. Sino la estimación de beneficios climáticos, económicos y de salud por la limitación de las emisiones de dos productos de la actividad humana: por una parte el metano (CH4) y por otra parte el hollín, estos polvos negros suspendidos en la atmósfera, procedentes de la combustión incompleta. El metano es un gas con potente efecto invernadero, el metano es el precursor químico del troposférico ozono (O3), que juega un papel importante en el cambio climático y degrada localmente la calidad del aire. En cuanto al hollín, se emiten principalmente en los grandes países emergentes como India y China. Son en gran medida emitidos de estufas tradicionales de carbón, madera y otros combustibles. Este hollín desempeña un papel importante en el impacto de las enfermedades respiratorias y cardiovasculares y absorbe la energía solar que recibe, jugando así un papel en el aumento de las temperaturas. Estos dos contaminantes específicos tienen un tiempo de residencia bajo en la atmósfera, por contra del CO2 que queda al menos un siglo. Si se dejan de emitir los dos, su concentración atmosférica disminuye muy rápidamente y los efectos beneficiosos son rápidamente sentidos en salud pública, clima y producción agraria. El ozono troposférico emitido del metano tiene un efecto significativo en los rendimientos agrícolas. En total, los investigadores estiman que si se aplicaran estrictamente las catorce medidas seleccionadas se evitarían entre 700 000 y 4,7 millones de muertes prematuras anuales, principalmente en China e India. El mundo no se calentaría más que 0,8 °C hasta 2050, en contra de 1,3 ° C prevista. Al mismo tiempo, las ganancias en rendimientos agrícolas permitirían un aumento en la producción mundial anual de 35 millones de toneladas, a 135 millones de toneladas de cultivos. Los márgenes de incertidumbres son importantes, pero las cifras de cambio son enormes. Los autores primero introdujeron en sus modelos de simulación cuatrocientos medidas para reducir todo tipo de emisión contaminante. Escogieron catorce, los más rápido y altamente eficaces: todos se refieren a la reducción de las emisiones de CH4 y hollín. En particular: implementación de sistemas de recuperación de metano en las minas de carbón o instalaciones petroleras, mejora de las redes de transporte de gas natural, correcto manejo de efluentes de ganado, el drenaje regular de los campos de arroz (cultivos con alta emisión de metano), la generalización de los filtros de partículas en los vehículos de diesel, la sustitución de las estufas tradicionales o la prohibición de quemas de residuos sobre el terreno para el cultivo siguiente. La reducción de las emisiones de hollín y metano no será un sustituto para la reducción de CO2 a fin de evitar el calentamiento del planeta. Es simplemente una tarea al alcance de la mano para realizar, con el fin de disminuir el calentamiento global del planeta previsto, con consecuencias positivas sobre la salud humana, el medio ambiente y la producción agraria que se podría apreciar en corto tiempo. La lucha por la reducción de emisión de CO2, para evitar consecuencias desastrosas por el calentamiento del planeta y el cambio climático, seguirá siendo muy necesaria mediante el uso cada vez mayor de energías renovables (solar, eólica, hidráulica, de olas y mareas, geotérmica y de biomasa) en vez de carbón, petróleo y gas y por mayor ahorro y eficiencia en el uso de las energías y también la captura del CO2, aparte de medidas de forestación y de una óptima gestión de los residuos.
 Mahmoud M. Rabbani Doctor en Ciencias Químicas Trabaja y escribe sobre asuntos de Medio Ambiente