domingo, 1 de diciembre de 2019

Climate Emergency



 
Emergencia/ Urgencia Climática

El Parlamento Europeo declaró el jueves (28 de noviembre) una urgencia climática y medioambiental para mantener la presión sobre los líderes de la Unión Europea.
La resolución, adoptada por una cómoda mayoría (429 en términos, 225 en contra y 19 abstenciones), afirma el compromiso del Parlamento de "limitar el calentamiento global a 1,5oC y evitar una pérdida masiva de biodiversidad"
Por otra parte, la ONU advierte, después de una "década perdida" (2009-2019), durante la cual los Estados "colectívamente" no han logrado revertir el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, que los países tendrán que reducir sus emisiones de carbono en un 7,6% cada año entre 2020 y 2030. Con esta necesaria condición podrán cumplir el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global a 1,5 grados centígrados. Una tarea ardua, porque en realidad las emisiones están aumentando irresponsablemente un  promedio del 1,5% anual en la última década.
 Esta es la alerta emitida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en la 10a edición de su Informe sobre la Brecha de Emisiones, publicado el martes 26 de noviembre. Una nueva advertencia para los 196 países que se reunirán en la 25a Conferencia Mundial sobre el Clima (COP25) en Madrid del 2 al 13 de diciembre.
Uno de los retos para esta conferencia será precisamente presionar a los Estados a que aceleren sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático, mientras que sus síntomas se multiplican por todo el mundo, en forma de inundaciones, huracanes u olas de calor.
La observación es clara: esta brecha es demasiado grande. Las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron un máximo histórico de 55.300 millones de toneladas (gigatoneladas o Gt) equivalente de CO2 en 2018, lo que supuso un aumento del 3,2% con respecto a 2017. La gran mayoría son atribuibles a la quema de recursos fósiles (carbón, petróleo y gas) para el consumo de energía y la industria, el resto se debe a cambios en el uso de la tierra como la deforestación. Peor aún, "no hay señales de un pico de emisiones que podría alcanzarse en los próximos años", señala la agencia de la ONU.
Para mantener la posibilidad de no franquear la barrera de 2 °C, estas emisiones deben reducirse en un 25% para 2030, en comparación con su nivel de 2018 (una disminución del 2,7% anual). Y disminuir en un 55% para que no se supere el umbral de 1,5 °C (es decir, un 7,6% anual). Sin esto, la temperatura global podría alcanzar los 3,9 grados centígrados para finales de siglo, "lo que conducirá a impactos climáticos destructivos y de largo alcance". "Cada año de retraso a partir de 2020 requerirá reducciones de emisiones más rápidas, que serán cada vez más costosas, improbables y difíciles", subraya PNUMA.
Como resultado del continuo aumento de las emisiones, el dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero persistente en la atmósfera, rompió un nuevo récord de concentración en 2018, en 407,8 partes por millón (ppm), un 147% más alto que el nivel preindustrial de 1750, según el boletín anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicado el 25 de Noviembre. "Hay que recordar que la última vez que la Tierra experimentó un contenido de CO2 comparable fue hace de 3 a 5 millones de años: la temperatura era de 2 a 3 grados centígrados más que hoy, y el nivel del mar estaba de 10 a 20 metros por encima de los niveles actuales", el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, dijo en un comunicado. "No hay signos de desaceleración, y mucho menos de una disminución en la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera a pesar de todos los compromisos asumidos en el marco del acuerdo climático de París", añadió.
Todos los países deben acelerar sus esfuerzos para reducir sus emisiones.  "En la próxima década se deben realizar importantes transformaciones sociales y económicas para compensar la inacción del pasado, en particular en lo que respecta a la rápida descarbonización en los sectores de la energía, la construcción y el transporte", escriben centros de investigación para el Banco Mundial. La transición hacia energías renovables, la electrificación del transporte y la industria, mejorar la eficiencia energética, la reforestación y la buena gestión de los residuos son indispensables en la lucha mundial contra el cambio climático.
No podemos dejar a las futuras generaciones un mundo con un calentamiento global insoportable con graves consecuencias. Los distintos países no pueden esperar hasta finales de 2020 [y COP26] para intensificar su acción. Deben actuar ahora, así como cada ciudad, región, negocio e individuo eligiendo la opción de menor huella de carbono.
Dr Mahmoud M. Rabbani (PHD in Chemistry)
Director of a sustainable development over-seas programme
 A visiting lecturer for the School of Public and Environmental Affairs of Indiana University (USA) within the course titled “Economic Evaluation of Health, Safety and Environmental Programs in Europe and the USA I and II”
Retired University Professor and Public Servant in the Environmental Department of the Navarra Government (Spain)